AS
Era un derbi llamado a ser histórico y acabó siendo un derbi histérico. Apasionante en el campo y vergonzoso en la grada, donde la sinrazón volvió a estropear la diversión (y lo que es peor, a amenazar la integridad) de la masa de aficionados que estaba disfrutando, hasta el ecuador de la segunda parte, de un derbi, el último en Montjuic.
los Boixos Nois, descerebrados, violentos (y, no lo olvidemos, delincuentes) hinchas radicales del Barcelona se convirtieron en centro de atención de un espectáculo que les debería ser completamente ajeno, en el que no deberían tener cabida. El lanzamiento de bengalas sobre zonas de aficionados del Espanyol obligó a parar el partido y desembocó en unos minutos de muchos nervios, con los ocupantes de esas zonas tratando de superar a los empleados del Espanyol y acceder al campo.
La paradoja radica en que los malnacidos que el propio Barcelona ha desterrado de su estadio pueden entrar y sembrar el caos en el del eterno rival.
MARCA
El derbi se suspendió 10 minutos por incidentes en la grada.
El árbitro Luis Medina Cantalejo detuvo durante unos diez minutos el encuentro entre el Espanyol y el Barcelona, después de que varios aficionados espanyolistas rompiesen una valla y alguno saltase al terreno de juego, tras caerles varias bengalas lanzadas desde la zona de los seguidores barcelonistas.
Media docena de bengalas lanzadas desde la zona donde se ubican los seguidores del Barcelona cayeron sobre los aficionados espanyolistas, que reaccionaron rompiendo una valla para no ser alcanzados por esos proyectiles.
El colegiado decidió parar el partido, pero ambos conjuntos y el trío arbitral se mantuvieron sobre el terreno de juego hasta que se reanudó el encuentro, con 1-0 a favor del Espanyol, gracias al gol marcado por Coro, en el minuto 20.
EL PAIS
Un penalti discutible da la victoria al Barcelona
El derbi estuvo marcado por el pésimo arbitraje y los incidentes provocados por los Boixos Nois
El FC Barcelona ha ganado ''in extremis'' el derbi catalán ante el RCD Espanyol (1-2) gracias a un penalti inexistente señalado por el colegiado en el último minuto del tiempo extra que fue transformado por Leo Messi, y que estuvo marcado por el pésimo arbitraje de Medina Cantalejo y por los incidentes provocados por los seguidores radicales del Barça, los Boixos Nois. Lamentablemente, el último derbi en Montjuic se recordará también por el lado más negativo del fútbol. El partido se tuvo que interrumpir en el minuto 20 de la segunda mitad, durante casi 10 minutos, por culpa de los seguidores radicales del Bar?a, los Boixos Nois, que lanzaron hasta seis bengalas y unos cuantos petardos a los seguidores del Espanyol que tenían debajo.
ADN
El Barça rompe el derbi
Los azulgrana ponen fin a la igualdad en sus visitas al estadio del Espanyol con un triunfo agónico y marcado por los incidentes de los radicales
En una fecha tan señalada, el intenso derbi barcelonés quedó lamentablemente deslucido por los graves incidentes protagonizados por el sector más radical de la afición azulgrana, que lanzó bengalas sobre un sector de la grada blanquiazul. Empañado el partido, que tuvo que suspenderse siete minutos en la segunda mitad, perdió también capacidad de seducción la victoria visitante.
EL MUNDO
En días como estos, el fútbol adquiere su aspecto más abominable. Lo ocurrido en el estadio Lluís Companys de Montjuïc fue vergonzoso. El primer paso debería ser pedirle explicaciones a quien deja entrar a un campo de fútbol a 400 sujetos cuya única motivación en la vida pasa por el culto al odio. Los aficionados radicales del Barcelona, que tienen el acceso prohibido al Camp Nou, lanzaron hasta seis bengalas contra los aficionados del Espanyol ante la indignación de una hinchada que intentó cobrarse la justicia por su mano arrancando una valla del campo ante la pasividad de los Mossos d’Esquadra.a
Aficionados campando por la pista de atletismo clamando justicia. El presidente Joan Laporta encarándose en el palco al grito de "yo no los dejo entrar". Y boixos nois aplaudiendo y riendo mientras arrancaban sillas y se procuraban mecheros para encender más bengalas. Lo vivido entre los minutos 69 y 77, tiempo en el que el partido estuvo parado, fue tan deplorable que ya costó recordar que de lo que se trataba era de jugar a fútbol, no de vomitar desprecio.
El colegiado Medina Cantalejo no podía tener otra despedida a su nefasta actuación.
La ley de la compensación de Medina
Como suele ser habitual en estos casos, el árbitro entendió que la mejor forma de expiar sus pecados pasaba por echar mano de la ley de la compensación, así que cuando moría el primer acto, mostró la segunda amarilla a Nené después de estirar el brazo en un salto con Busquets. Pese a que el canterano azulgrana se llevó las manos a la cara, la expulsión fue del todo desproporcionada.
La retahíla de protestas por parte de unos y otros acabó por asfixiar el gran comienzo de un Barcelona que había presentado hasta cinco novedades respecto a su último partido. Destacaron especialmente los descartes en el once de Márquez y, sobre todo, de Eto’o, máximo goleador del equipo, al que tuvo que recurrir Guardiola para levantar el encuentro.
Que el Espanyol saliera indemne de la primera parte, fue poco menos que un milagro. Hasta entonces, el equipo de Bartolomé Márquez había logrado sobrevivir gracias a las paradas de Kameni y a la mala fortuna de los azulgrana de cara a puerta. El tanto de Henry y el inexistente penalti ya en el ocaso materializado por Messi, cerraron una noche para olvidar.
PUBLICO
El árbitro Luis Medina Cantalejo detuvo durante unos diez minutos el encuentro entre el Espanyol y el Barcelona, después de que varios aficionados espanyolistas rompiesen una valla y alguno saltase al terreno de juego, tras caerles varias bengalas lanzadas desde la zona de los seguidores barcelonistas.
Media docena de bengalas lanzadas desde la zona donde se ubican los seguidores del Barcelona cayeron sobre los aficionados espanyolistas, que reaccionaron rompiendo una valla para no ser alcanzados por esos proyectiles.
20 MINUTOS
Lanzamiento de bengalas
El momento más lamentable se veía al poco de la media hora de la segunda mitad, cuando los 'Boixos Nois', los aficionados más radicales del Barcelona, comenzaron a lanzar bengalas sobre un sector del público del Espanyol.
Partido parado temporalmente y el árbitro pensando incluso en suspender el partido, aunque al final gracias a la intervención policial se pudo reanudar el partido. Lo peor de todo es que estos incidentes sucedan en un campo en el que ya murió un niño al ser alcanzado por una bengala.
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