lunes, 15 de octubre de 2007

DINAMARCA 1- ESPANYA 3

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NOS SENTIMOS MUY ORGULLOSOS LOS ESPANYOLISTAS




"Vi vuestra portada: nos salvamos entre todos"
Fue el hombre del día y puede ser el de la Eurocopa. AS charló ayer con Tamudo, que está en Helsinki pelándose de frío y disfrutando de su gran momento de gloria con la Selección. Habrá más. Y el sábado, Espanyol-Madrid. ¡Cuántas emociones!


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Tomás Guasch 15/10/2007
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¿Qué tal durmió?


Como un tronco. Desde el estadio nos fuimos al avión con destino Finlandia. Mucho trajín. Cogí la cama con gusto, ya sabe que soy tranquilo. Hablé con mis padres, con mi novia, los amigos Estaban como locos, claro. Hoy (por ayer) nos dieron libre, pero como hace frío y llueve lo disfrutamos poco. Esta mañana volveremos a trabajar


Se veía venir lo suyo. De suplente a titular. Los que le conocemos sabíamos que esa oportunidad no se le escapaba.
Se dio bien. Jugar con todos estos colegas es fácil.
Puestos a reclutar jugones, pedirá usted a su amigo Iván de la Peña.
¡Claro! Lo primero es que se recupere de una vez (Iván no se ha estrenado todavía) y luego, que luche por estar aquí, para dar esos pases que da como nadie.
Futbolistas tenemos, ¿eh?
Hace rato. España ha demostrado que está para aspirar a todo.
Usted ha estado dos años fuera de la Selección. ¿Cómo la ha visto?
España ha hecho siempre lo que debía, que era clasificarse. Faltó rematar la faena. A ver si ahora Y respecto a mis dos años de ausencia, pues nada: llamaron a otros. Yo fui siempre a lo mío, que es trabajar y meter goles.
Cinco con España y todos de cabeza.
Me busco la vida, amigo. Ya sabe
Tamudo no ha jugado nunca una fase final de un gran torneo.
Sólo la de los Juegos Olímpicos de Sydney, en el año 2000. Fuimos subcampeones. Nos ganó Camerún un partido que dominamos por 2-0.
Torres, Villa, Morientes, ¿son mejores que usted?
Insisto: me busco la vida y decide el seleccionador. No se trata de establecer comparaciones entre unos y otros. Torres me felicitó después del partido. Estaba contentísimo, como todos. Se trata de hacer equipo, grupo. Todos tenemos la misma ilusión: ser internacionales. No me gustaría irme del fútbol sin vivir el ambiente de una fase final. Ojalá la próxima sea la mía.
Cuando la última Eurocopa, la de Portugal 2004, Mista y usted fueron los máximos goleadores nacionales e Iñaki Sáez no les llevó. ¿Delirante?
Hay competencia, amigo.
115 goles en el Espanyol. ¿En el Madrid o en el Barça serían 200?
¡Quién sabe!
¿Le ha faltado marketing?
¡Bah, no se! Estoy muy contento de cómo me han ido las cosas. El tiempo me ha demostrado que nací y moriré en el Espanyol. Por mí, perfecto.
La última vez que estuvo casi fuera fue este verano, cuando saltó a por usted el Villarreal. Después de Sydney lo intentó el Glasgow Rangers.
El Espanyol me declaró intransferible y el Villarreal lo aceptó. Lo de los escoceses sí marcó mi vida. Iban a pagar 3.000 millones de pesetas de la época por mí y todo estaba hecho. Bueno, casi. Llegué allí y no superé el reconocimiento médico. En la final olímpica, Pierre Wome, que fue compañero mío después en Barcelona, me atizó una patada tremenda. Me provocó tal derrame en el muslo que cuando viajé a Glasgow, y hacía ya dos meses de aquello, seguía con un hematoma interno que le hizo pensar al médico que mi rodilla era inestable. Y me rechazó. La inestabilidad la curó el tiempo.
Usted se alegró de que no le ficharan.
Nunca me vi en Escocia.
Cuente aquello de que viajó a Glasgow con una tarjeta de crédito de La Caixa por toda documentación.
Las prisas. Viajamos en el avión privado del presidente del club. Al llegar allí me pidieron el pasaporte y lo único que llevaba encima era esa tarjeta. Tomás Durán, mi representante, casi se desmaya. Primero del susto y luego, de la risa. Y sí, cuando me dijeron que no me fichaban llamé a mi casa y le dije a mi madre: "¡Que no me fichan mamá, que me vuelvo!". Ella lloró de emoción. Después supe que había rezado para que el traspaso se rompiera. Por cualquier cosa ¿Qué demonios hacíamos los Tamudo en Glasgow?
Llorar, usted llora a menudo.
Sí, tengo la lágrima fácil.
Mucha gente hizo algún puchero gracias a usted la otra noche.
Leí vuestra portada, esa de Tamudo sálvanos y me puse manos a la obra, ¡ja, ja! Nos salvamos entre todos. No hay héroe individual en el fútbol.
El españolismo está como loco.
Normal. Acabamos jugando Riera, Luis y yo. Este triunfo fue para ellos y para toda España. ¡Había tanta ilusión colectiva!
Y el sábado, el Madrid. Casillas y Ramos están avisados.
¡Eh, eh, que es el Madrid, que todavía no han perdido! Ganamos en Valencia, el equipo está fuerte, va asentándose en el juego y en la clasificación. Pero será muy difícil ganar. Lo único cierto es que Montjuïc vivirá un ambiente extraordinario, de partidazo.
Sin pronóstico.
Ni ellos ni nosotros firmemos el empate ahora. Para el Espanyol, éste es un momento mágico. Todavía recordamos los buenos ratos en la UEFA y ahora, la presencia de los tres aquí ha reforzado nuestra imagen internacional. Esta temporada es clave: estrenaremos el 2009 jugando en nuestro nuevo estadio y debemos hacerlo jugando bien, plantando cara a los mejores. Mis sueños deportivos son fáciles: jugar la Eurocopa y que el equipo vuelva a Europa. ¡El españolismo está en alza!
¡Qué poco podía imaginarse todo esto cuando empezó a jugar en el Milán de Santa Coloma!
Jamás. Yo fui un chaval de barrio, como hay millones. Luché, pero no me faltó la suerte. Ni gente como Paco Flores que confió en mí y me hizo debutar en Primera siendo un crío y con el Espanyol jugándose la permanencia en Alicante, contra el Hércules. Corría 1997
Sustituyó al rumano Florin Raduciou, que estaba cedido por el Milán, el de Italia
Y marqué mi primer gol, el que nos dio una vital victoria por 1-2.
Raúl Tamudo, el último futbolista de la calle.
Sí, siempre dije que depuré mi técnica driblando coches y abuelas por las calles de Santa Coloma. Por eso vivo cada instante con toda la intensidad.
Siempre tiene presente a sus padres.
Comprarles una casa fue mi mejor triunfo. Sin ellos yo no sería nada


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